lunes, 13 de febrero de 2012

Una despedida de película

-Voy a entrar, me estoy muriendo de frió y ya es tarde.
Di media vuelta y empecé a caminar. De repente una escena de película apareció desde algún lado, y formo el momento. Sentí que me agarró la muñeca y su dulce voz me decia: - No te vayas.
Cerré los ojos y de un tirón logré que me soltara. Di media vuelta, para lograr ver de nuevo esa cara angelical que tanto me gusta.
-¿Qué querés?.
Tal vez no fue de una forma sutil, y mi cara no reflejaba el mejor de los estados. Es que necesitaba entrar a mi casa, porque sentía que mientras mas tiempo estaba con él, mas me costaba despedirme.
- Es que después no te veo más en cinco meses. ¿Por qué no hablamos de todo lo que hicimos?
Largué una risa inocente y pudorosa.
Una nueva conversación se instauró haciendo un inventario de todos los momentos que tanto marcaron ese verano.

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